viernes, 6 de febrero de 2009

La libertad de los humildes...




 
 
 
LA BELLEZA DE LOS ACTOS PUROS:
El mundo está sumamente distraído por la velocidad y la tensión de intentar cumplir con todos sus compromisos. Una de las repercusiones de esta situación es que perdemos una enseñanza de inmenso valor: la simple belleza de una acción pura, la que se hace por el placer de realizarla y con conciencia de su propósito manifiesto.
Cuando hacemos algo por costumbre u obligación, con disgusto o con mal humor, o de manera mecánica, estamos infravalorando nuestra acción. Si añadimos amargura a nustro trabajo, lo despojamos de su dignidad y nos despojamos de la nuestra.
Nos convertimos en el lavandero enojado, demasiado importante para una tarea tan humilde. Si hacemos el trabajo con atención,incluso con placer, disfrutaremos de las tareas cotidianas y nos dignificaremos al mismo tiempo. ¿Por qué los humildes están a menudo de muy buen humor?
En una ocasión, durante una primera visita a Estados unidos, Albert Schweitzer, premio Nobel de la Paz, esperaba en la estación de Pensylvania, en Nueva York, un tren que le llevaría a Colorado. Estaba impresionado ante la magnitud de la gran estación americana, las nuevas impresiones se agolpaban. Entonces, vió a un mozo que en aquel lugar repleto, barría el suelo de la estación con calma, sin reprender a nadie, a pesar de que la gente seguía tirando basura al suelo. Aquel hombre siguió con su trabajo hasta la salida del tren.
El barrendero actuaba conforme a una creencia que Schweitzer había expresado en una ocasión: "Solo una persona que puede hallar valor en cualquier clase de actividad, y puede dedicarse a todas con absoluta conciencia del deber, tiene el derecho interior de emprender cualquier actividad fuera de lo corriente, en lugar de la que le corresponderí a naturalmente" .
El verano pasado tuvimos la oportunidad de asistir a una clase de alto nivel para jóvenes músicos. Los profesores eran de los mejores del país, tan exigentes con los estudiantes como consigo mismos.Solo por esto eran admirables. Pero nos conmovieron aún más cuando, al final de un magnífico concierto,se pusieron a ordenar la sala, consideraban que era parte de su trabajo. Decía mucho de la gracia y la humildad de esos profesores
 
 
A algunas personas se les da bien realizar actos humildes, siempre están dispuestas a hacer lo que sea necesario, demostrando que dignidad e humildad van de la mano.
Lo que nos asombra de las personas humildes es que son abiertas, naturales y no parecen juzgar a los demás.
En este sentido son libres de resistencias de la carga de la arrogancia-de tener que guardar las apariencias- y de la crítica.
No son personas exigentes y saben cómo servir a los demás.
El servicio no consiste en imponer ideas o actos sino en la conciencia receptiva de lo que es necesario hacer.
 
En el capítulo 11 del TAO TE CHING, leemos el siguiente ´poema:
 
"Treinta radios convergen en el buje de una rueda,
y es ese espacio vacío lo que permite al carro cumplir su función.
 
Modelando el barro se hacen los recipientes,
y es su espacio vacío lo que los hace útiles.
 
Puertas y ventanas se abren en las paredes de una casa,
y es el espacio vacío lo que permite que la casa pueda ser
habitada.
 
Lo que existe sirve para ser poseído, lo que no existe sirve para
cumplir una función."
 
Lo que se deduce del poema, el humilde poder de la receptividad se olvida con facilidad. ¿ Quién se dedica a pensar en el espacio dentro de una copa o en los huecos de las puertas y las ventanas? ¿Quién piensa en el valor de un oído atento, un corazón abierto, una mente serena?
 
APRECIAR LO SENCILLO:
En ese vacío no existe el ego. Pensemos en la costumbre de saludar con una inclinación, que en la mayoría de rituales, sean cristianos, islámicos, zen...,es un claro gesto de humildad.
En ese vacío, el orgullo está llamativamente ausente.,
Se dice que el orgullo consiste en pensar que somos superiores a los demás...Pero también en creer que somos iguales o inferiores a los demás. Si nos consideramos iguales a los demás,podemos creer que estamos libres de orgullo. Pero el orgullo radica en todas las comparaciones. La persona humilde no se compara ni tampoco juzga.
En ese vacío tampoco hat avidez. Mahatma Gandhi dijo: "Lo que ofrece la tierra es suficiente para satisfacer las necesidades de cualquier hombre, pero no la codicia de cualquier hombre".
El humilde es autosuficiente aunque posea muy poco.
Pueda que nos sorprenda saber que la humildad tiene una dimensión estética. El WABI-SABI es una idea japonesa que se refiere a la apreciación activa de lo humilde, a una alegría serena e inefable oculta bajo la absoluta pobreza. Es la cualidad expresada de forma más pura en la ceremonia japonesa del té, que se realiza con una conciencia humilde, atenta en todo momento. Por la misma razón, si podemos percibir la belleza en entornos simples y humildes, estamos avanzando hacia nuestro auténtico hogar en la naturaleza y hacia la plenitud psicológica.


 
 P. FERRUCCI  (autor de "El poder de la bondad")
 
 
 
 
 

 


 
 

                                        
 
 

 
 
 
 
 
 
 
      
 


 
 
     
           

 





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