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martes, 19 de agosto de 2008

LOS CIEGOS Y EL ELEFANTE(CUENTO ZEN)

Cuenta una fábula que se hallaba el buda en el bosque de Jeta, cuando llegaron numerosos ascetas de diferentes escuelas y tendencias filosóficas.
Algunos decías:- El mundo es eterno. Eso es lo cierto y todo lo demás es un engaño.

Otros aseguraban:- El mundo no es eterno y esta es la única verdad.
Unos aseveraban que el mundo es infinito y otros que el mundo es finito. Unos, que el cuerpo y el alma son lo mismo, y otros, que son dos realidades diferentes.
Algunos, que el Buda tiene existencia tras la muerte, y otros, que carece de tal. Otros, que el Buda ni existe ni no existe tras la muerte.
Y así cada uno de ellos sostenía sus puntos de vista, en la convicción de que los suyos eran los verdaderos y los demás los falsos. Así pasaban su tiempo en cerradas polémicas e incluso llegaban a la indignación y el insulto.
Todo ello fue oído y visto por un grupo de monjes, que después le relataron al bienaventurado lo sucedido.
Buda comentó:- Monjes, esos disidentes son ciegos que no ven, que desconocen tanto la verdad como la no verdad, tanto lo real como lo no real. Ignorantes, polemizan y se enzarzan como me habéis relatado.
Ahora os contaré un suceso de los tiempos antiguos. Había un rajá que mandó reunir a todos los ciegos que había en Savathi y pidió que les pusieran un elefante. Así se hizo. Se les instó a los ciegos a que tocasen el elefante. Uno tocó la trompa, otro el colmillo, otro la pata, otro la cabeza y así sucesivamente.
Después el rajá se dirigió a los ciegos para preguntarles: - ¿Qué os ha parecido el elefante que habéis tocado?
- un elefante se parece a un cacharro - contestaron los que habían tocado la cabeza.-

Es como un cesto de aventar - aseguraron los que hubieron palpado, la oreja.-
Es un granero - insistieron los que tocaron el cuerpo.
Y así sucesivamente. Y cada uno, empeñado en su creencia, empezaron a discutir y querellarse entre ellos.

Es así. Cada uno usa su marco de referencia ego para interpretar los hechos que ocurren a su alrededor, como si fuéramos ciegos y sin posibilidad de ver las cosas desde otra perspectiva. Es por eso mejor estar conciente que todo depende de la percepción y de la interpretació n, no solo seremos totalmente independientes de las opiniones, deseadas o no, de los demás, sino que también podremos abrirnos a la posibilidad de cambiar.Libérate.

sábado, 2 de agosto de 2008

¿Dónde está el paragüas?

Al cabo de diez años de aprendizaje, Zenno creía que ya podía ser elevado a la categoría de maestro zen. Un día lluvioso, fue a visitar al famoso profesor Nan-in.

Al entrar en la casa de Nan-in, este preguntó:

- "¿Has dejado tu paraguas y tus zapatos del lado de afuera?"

- "Por supuesto", respondió Zenno. "Es lo que manda la buena educación. Actuaría de la misma manera en cualquier lugar."

- "Entonces dime, ¿pusiste el paraguas a la derecha o a la izquierda de tus zapatos?"

- "No tengo la menor idea, maestro."

- "El budismo zen es el arte de tener conciencia total sobre lo que hacemos", dijo Nan-in.

– "La falta de atención a los pequeños detalles puede destruir por completo la vida de un hombre. Un padre que sale corriendo de la casa puede olvidar un puñal al alcance de su hijo pequeño.

Un samurai que no mira todos los días su espada, terminará por encontrarla oxidada cuando más necesite de ella. Un joven que olvida llevarle flores a su amada va a terminar por perderla."

Y Zenno comprendió que aunque conociera bien las técnicas zen del mundo espiritual, había olvidado aplicarlas en el mundo de los hombres