lunes, 16 de marzo de 2009

El caballito de madera!

Un padre llevó a su hijito por un paseo largo en el bosque.

Como era pequeño le llevaba sobre sus hombros por mucho rato.

Luego le puso sobre sus pies y le dijo que tendría que caminar hasta la casa.

Al rato el pequeño lloraba porque estaba muy cansado, demasiado cansado para tomar un paso más.

El padre cortó un palito y lo limpió muy bien de toda astilla mientras el niño observaba.

Al terminar, dijo: "Mira, hijo, te presento con tu propio caballito para que te lleve a casa."

Encantado, el niño se montó sobre su caballito y felizmente llegó a su casa.

Y en casa dio vueltas por todo el jardín hasta que tuvo que ir a bañarse y acostarse, ya rendido.

A veces nuestro Padre nos lleva y a veces nos deja caminar, y muchas veces creemos que ya no podemos más cuando alguien, movido por El, nos ofrece un caballito - una idea, una promesa, una canción nueva, un cariño, una oración intercesora, lo que sea, y sobre ese corcel llegamos a la meta.

¿Necesitan un caballito?

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