descubrir el camino de la Verdad.
Una tarde, mientras oraba, se le acercó un mono.
El monje intentó concentrarse.
El mono, sin embargo,
se le acercó despacito y le quitó la sandalia.
-¡Maldito mono. dijo el monje.
-¿por qué has venido a perturbar mi paz?
-Tengo hambre. dijo el mono.
-¡Largo de aquí!¡Estorbas mi comunicación con Dios!
-¿Cómo quieres hablar con Dios,
si no eres capaz de comunicarte con los más humildes,
como yo?
dijo el mono.
el monje, avergonzado, le pidió disculpas.
Anónimo.
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