jueves, 15 de mayo de 2008

LA ARROGANCIA DEL MONJE

El monje zen había pasado diez años meditando en su cueva, intentado
descubrir el camino de la Verdad.
Una tarde, mientras oraba, se le acercó un mono.
El monje intentó concentrarse.
El mono, sin embargo,
se le acercó despacito y le quitó la sandalia.
-¡Maldito mono. dijo el monje.
-¿por qué has venido a perturbar mi paz?
-Tengo hambre. dijo el mono.
-¡Largo de aquí!¡Estorbas mi comunicación con Dios!
-¿Cómo quieres hablar con Dios,
si no eres capaz de comunicarte con los más humildes,
como yo?
dijo el mono.

el monje, avergonzado, le pidió disculpas.

Anónimo.

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