lunes, 26 de mayo de 2008

No apresures a la gallina

Un niño de la ciudad pasaba sus vacaciones en la granja de sus abuelos.
En la finca el abuelole enseño una gallina echada sobre un nido lleno de huevos, y le dijo que un día salfría un pollito de cada huevo que la gallina estaba cuidando y dandole su calor y tiempo.
Al niño le encantó esa fabulosa idea, y cada mañana se acercaba al nido, esperando que ocurriera el milagro.
Pasaban los días y nada sucedía.Los huevos se veían exactamente igual que antes.Ni el menor cambio se manifestaba en la apariencia de las cosas.Poco a poco, la fe del niño se fue desvaneciendo.Por último, un día desechó sus esperanzas, y se dijo amargamente que le había engañado su abuelo, que era imposible que salieran pollitos de los huevos, que todo había sido una fantasía de su abuelo para entretenerlo.
Sin embargo, al día siguiente, por la fuerza de la costumbre se aproximó como siempre al nido, y cúal no sería su alegría al ver a un grupo de hermosos pollitos asomar entre las plumas de mamá gallina!!!.
Desde luego, durante todo el tiempo habían estado ocurriendoo cambios maravillosos bajo las cáscaras de los huevos, pero ninguno de los cambios se manifestó hasta el último momento, cuando los pollitos emergieron de repente, luego de un determinado tiempo de gestación y espera,los cuales eran perfectos, completos y maravillosos.
Algunas de nuestras mayores demostraciónes se nos presentan de la misma manera.Durante un tiempo largo no se ve ningún cambio en lo externo, pero si mantenemos la fortaleza de nuestra fé a pesar de las apariencias, los hechos y los cambios se darán en el momento justo.
"Dale el tiempo necesario a tus pedidos, para que incuben bien".Mantén la fé en Dios, el cual es como la mamá gallina, siempre haciendo el mayor trabajo con mucho convencimiento de que ya es un hecho.

Autor:Emmet Fox
Libro:Dale Valor a tu vida

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